Nuestro modelo persigue la máxima integración, es decir, la inserción en la empresa ordinaria de sus personas trabajadoras, por eso no pretendemos ser un recurso finalista sino intermedio entre los servicios de rehabilitación laboral y el trabajo normalizado.
Nuestro equipo técnico, que organiza el trabajo de las personas trabajadoras, hace su tarea en estrecha colaboración con los profesionales de la Unidad de Apoyo a la Actividad Profesional (USAP), formado por una insertora, un psicólogo y una trabajadora social. Esta unidad acompaña las trabajadoras con discapacidad por problemas de salud mental en la tarea productiva a nivel psicológico y social, con el objetivo de mejorar su bienestar y rendimiento en el trabajo, y en la búsqueda de trabajo en la empresa ordinaria.
Con cada persona el equipo de la USAP diseña un programa individual de inserción con objetivos concretos y los trabajan en sesiones individuales. El equipo de atención directa también recibe el apoyo de la USAP para orientar la tarea con más rigor.
Cuando la persona ya se ve apta para dar el paso a la empresa ordinaria, hacemos un proceso de orientación y búsqueda de empleo. Una vez insertada en la empresa ordinaria, el seguimiento y la vinculación con AREP continúan.